Pese a la "buena sintonía" que, según el Gobierno, reina en la negociación del nuevo sistema de cotización de autónomos, la propuesta del Ejecutivo suscita protestas por los desproporcionados aumentos de las cuotas que supondrá para este colectivo en los tramos en los que presentan los mayores ingresos.
En concreto, como destaca la Federación Nacional de Asociaciones de Autónomos (ATA), la propuesta del ministro Escrivá implica que un trabajador por cuenta propia que facture 3.000 euros mensuales verá multiplicados por tres sus pagos a la Seguridad Social dentro de un trienio, una vez puesto en marcha, a partir de 2023, el periodo de adaptación del nuevo sistema de cotización que se extenderá hasta el ejercicio 2031.
Tan abultados incrementos se dejarán notar también en tramos de ingresos de menor cuantía. No en vano aquellos autónomos que facturen 2.300 euros al mes abonarán en 2031 una cuota de 728 euros, más del doble (un 150% por encima) de los pagos que ahora afrontan.
Debe, además, tenerse en cuenta que la propuesta del Ministerio de Seguridad Social no tiene en cuenta los gastos no deducibles fiscalmente de los autónomos. En consecuencia, lo que pretende ser un sistema más progresivo y justo desde el punto de vista de estos trabajadores, corre el riesgo de no tener en cuenta cuáles son sus rendimientos reales.
Fuentes cercanas al Gobierno aseguran que "dos de cada tres autónomos verán reducidas sus cuotas", pero ATA asegura que el verdadero resultado será la creación de una "situación de distorsión y desigualdad en el colectivo" con especial daño para los trabajadores capaces de lograr una mayor facturación.