La posibilidad de seguir trabajando sin límite en el tiempo a la vez que se cobra toda la pensión hará que muchos trabajadores, que no deseen jubilarse, dejen de apostar por destinar una parte de sus ahorros a un plan de pensiones, porque ya se les va a incrementar notablemente su renta a partir de la edad de jubilación.
Pero, según los expertos consultados por Cinco Días, el sector de los fondos y planes de pensiones privados no sería el único perjudicado si finalmente se aprueba la posibilidad de, una vez cumplida la edad de jubilación, seguir trabajando y al mismo tiempo cobrando toda la pensión a la que se tiene derecho.
El abogado experto en previsión social de Mercer, Antonio Méndez, llama la atención sobre posibles situaciones que se les plantearán a las compañías, si a esta medida compatibilizar el salario y la pensión se le une que desde 2012 se eliminó la posibilidad de que las empresas obligaran a jubilarse a sus trabajadores. En este escenario, “Habrá muchos trabajadores que pidan a la empresa acogerse a dicha compatibilización y si la empresa no quiere, plantearán que se les despida”, con el consecuente coste económico que eso conlleva, explica Méndez.
No obstante, en el lado opuesto, las empresas que accedan a tener jubilados en sus plantillas “se beneficiarán de las ventajas de la diversidad generacional que supone tener varias generaciones trabajando juntas”, indica el experto laboralista David Díaz.
Lea la noticia completa en Cinco Días, 21-10-2016
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