Nuevos cambios en el entorno empresarial, nuevas normativas legales y fiscales y nuevos retos para las pymes y autónomos españoles. Si el tejido empresarial de nuestro país todavía no ha conseguido adaptarse con éxito a la implantación de la Sepa (Zona Única de Pago en Euros), ahora tendrá que prepararse para Creta, el nuevo sistema de liquidación de las cuotas sociales que pagan las empresas, que sustituirá al modelo de autoliquidación, y permitirá "mejorar la gestión liquidatoria y recaudatoria", según apuntaba el Ministerio de Empleo y Seguridad Social en el anteproyecto de Ley que presentó el mes de marzo a los agentes sociales para que diesen su visto bueno.
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Estas empresas se beneficiarían entonces de las tres principales aportaciones del sistema Creta: la minimización de los errores en las cotizaciones -las reglas de cotización se aplican desde el momento de la liquidación por parte de la TGSS, lo que conlleva también una reducción de la emisión de deudas y recargos que supone la subsanación de errores-; la simplificación de la forma de cotizar y reducción de las cargas administrativas -que sea la TGSS quien lo calcule reduce las obligaciones de las empresas- y un aumento de la transparencia en las cotizaciones.
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Aparece la noción de tramo, que refleja el periodo temporal en que las características de cotización del trabajador -perfil de cotización- no varían. "Por ejemplo, un contrato temporal que a mitad de mes se transforma en contrato indefinido, motivará en este caso que se deba cotizar en dos tramos. Un trabajador siempre tendrá como mínimo un tramo para cada periodo de liquidación", explican desde Sage.
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